sábado, 28 de mayo de 2011

Lo mejor de mi tierrita

A continuación, pretendo enseñarles y familiarizarlos con la belleza cultural y las agradables festividades que el Huila ofrece para ustedes y que además hacen parte de su tradición.
Para quienes no conocen esta región, les recomiendo “pegarse la rodadita” para bailar y disfrutar al ritmo del sanjuanero huilense en la mejor época del año.

Nuestras fiestas  de San Juan y  San Pedro se celebran desde finales de junio hasta principio de julio, son los cuatro días más parranderos y esperados por los huilenses. En estos días podrán deleitarse con el tradicional baile del sanjuanero huilense donde las candidatas de los múltiples municipios, se preparan meses previos a esta ferias para dominar el baile, es una competencia reñida donde realmente gana la mas talentosa y la que mejor actitud y porte tenga en la danza.
Después de la coronación todo el pueblo huilense se prepara para bailar hasta el amanecer, en cada municipio hay orquestas y discotecas para que escoja lo que más le guste.

Lo interesante de asistir a este tipo de ferias es que podrá disfrutar de seguridad y dedicarse a disfrutar. El Huila es una región acogedora,  a pesar de la multitud de gente que asiste a estos eventos jamás hay disturbios o peleas que atenten contra el orden, estas fiestas tiene un control previo con el fin de brindarle a usted tranquilidad.

Horas antes del fin de año (31 de diciembre), los huilenses se aglomeran en el centro del parque de su pueblo para celebrar el año viejo, es un momento ameno para compartir con los demás y divertirse. Todos salen en sus motos o a pie con ropa cómoda y dispuestos a jugar con agua, harina y huevos; el objetivo es llegar a casa cubierto de esa mezcolanza de ingredientes  y en la tarde estar limpios para recibir el nuevo año.

El primero de enero también es motivo de celebración, todos a la expectativa de recibir el año con la mejor fuerza y energía bailan hasta el amanecer con las diversas orquestas que la alcaldía ofrece a la comunidad. Como podrán darse cuenta, el ritmo es inigualable  y después de tanta rumba se acostumbra a descansar con un  divertido paseo de río donde las familias preparan un delicioso sancocho huilense con leña a la orilla del Magdalena, mientras los jóvenes y niños se bañan.




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